Revista artística literaria de Temuco

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Poesía

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“PASIÓN ITALOAMERICANA”
Patricio Riquelme


Ítaloamericana cayó al río
en pleno festejo
del primer aniversario de su desfloración.
Parecía acabar una corta
e intensa amistad, basada
en el cariño urgente al vino
y en nuestras lúgubres teorías de la vida.
Nos comunicábamos en inglés champurriado
y lenguaje internacional de señas.

Desentrañamos los misterios del amor,
decodificamos lecturas existenciales,
analizamos la liturgia pasional,
por eso le dije con sinceridad chilena:
“Escúrrete flaca,
el Pelao te quiere para puro darle, no más”.
Retrocedió dos pasos y al vacío.

Gimió cuatro o seis veces
al desmalezar la colina en su rodar
No concibo el mundo sin tí
Jennie Montecorvo,
pero no sé nadar.
Te veo chapotear sin soltar la botella.

Ítaloamericana supe de tus prisas pretéritas
por alcanzar todos los ocasos.
Supe de tus otros antepasados
campesinos en Transilvania.
Adorábamos tanto el desquicio nocturno,
elogiarnos mutuamente nuestros ojos verdes
o hundirnos en el género del misterio
y en las historias de terror,
como el que debes sentir ahora
arrastrada río abajo,
esperanzada en las características flotadoras
del Chardonnay Undurraga.

Corro y corro moviendo los brazos
como aspas despeinadas de molino.
Quizás tu caso alcance para titular el diario,
muchas gringas se pierden en Parques Nacionales,
pero ninguna en el Río Cautín,
Playa Las Lauchas, Cajón, seis a eme,
un año después de abandonar la nubilidad.
sin soltar el Undurraga
que nos choreamos del supermercado.
Gimió cuatro o seis veces,
luego sólo un largo glu glú.
A mis pies su gorra de los Yankees.

Nadie más que yo lo supo
desistí pedir ayuda a mis camaradas,
que estaban por zamparse el tercer peyote.
En piras infernales dábanle punto al cocimiento.

No concibo el mundo sin tí
Jennie Montecorvo,
pero no sé nadar.
Te veo chapotear sin soltar la botella.

Ítaloamericana supe de tus prisas pretéritas
por alcanzar todos los ocasos.
Supe de tus otros antepasados
campesinos en Transilvania.
Adorábamos tanto el desquicio nocturno,
elogiarnos mutuamente nuestros ojos verdes
o hundirnos en el género del misterio
y en las historias de terror,
como el que debes sentir ahora
arrastrada río abajo,
esperanzada en las características flotadoras
del Chardonnay Undurraga.

Corro y corro moviendo los brazos
como aspas despeinadas de molino.
Quizás tu caso alcance para titular el diario,
muchas gringas se pierden en Parques Nacionales,
pero ninguna en el Río Cautín,
Playa Las Lauchas, Cajón, seis a eme,
un año después de abandonar la nubilidad.